EL DESGRACIADO
Nadie va a llorar, ni a derramar lágrimas por su muerte
Porque hay seres, que padecen una eterna desgracia, condenados
Vienen a la vida desapercibidos, por nadie comprendidos
Y a la postre, mueren tirados en un andén, por todos olvidados
En medio de aquel dolor, sin quejas, temidos conseguidos
Arrastran la orfandad del desprecio, de aquel desconocido
Desaparecer de la sociedad, como si fuera invitado, sin ser confinado
La miseria del desdén, esperado, sin ser escuchado y menos convidado
Los persigue y al acecho, la temible y terrorífica soledad del abandono
Llevan en su espalda, la marca silenciosa de su pasado
De aquel que sin querer, por siempre ha sido maltratado
Quisieran despertar de su sembrado, imaginado equivocado
Combatir las tristezas de aquel susurro, odiado y batallado
La desgracia los acosa, agitado de los confines, orillado
Para ciertas cosas ignorado, pero para otras encuestas, engañado
Amenazado y de sus olores, por todos repudiado
Raída y descalzo, su vestimenta a girones tirado, por otros, desnudado
Es aquel desgraciado, envejecido, por todos repudiado
Cabalgando día y noche, de monturas sin aperos, arrinconado
De basuras, la comida que bota al que le sobra demasiado
Del azar, triste y solitario, vagabundo, oloroso, sin ser recordado
Llevan si acaso, los recuerdos miserables de esperanza y amor
Quisieran cambiarlas, por manifestaciones de caridad, sin ningún temor
Dejar atrás, lo vago que lo dejó en el limbo, del sueño estremecedor
Regresar de todo lo perdido, borrar de su mente aquella soledad
Añorando una vida, de aquel grito lastimero, sin pesadillas a su alrededor
Sin ayudas, de limosnas, sus quejas de dolor, serán su terrible pasión
El grito, inconcluso lastimero de los confines, nadie oirá
Su cuerpo, al botadero se descompondrá y a nadie interesará
Sin espíritu por quién bogar, su alma sin rumbo fijo, en cualquier vericueto anidará
A la miseria humana nadie se interpondrá, en escoria sin afanes
Algún día, el suplicio del sufrimiento por fin terminará
Sin historia de los desgraciados, la humanidad, los olvidará!
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla
Bucaramanga enero 23-2015