lumino

Timorato

 

Ese día el aire hacía estornudar a los árboles

En aquel otoño sobrevenido

la calle se llenaba de hojas cobrizas y amarillas

Fue un viento que sólo paró un segundo

avisando a la misma vez la llegada y la salida

Un taxi esperaba debajo de la ventana

como un andén portatil en su vía de asfalto negro

Y tú te subiste en él

con un billete de ida, sin despedida

con destino a las llagas abiertas del olvido

Tus tacones sonaban al tic tac de un reloj

que adelanta sin avisar con el intermitente

El torbellino dejaba a este lado de la puerta

un perfume a mujer, a maleta repleta y a armario vacío

Y ahí quedé yo, pasmado, como un pasmarote

contando las losetas negras del tablero de las damas

Nunca aprendí a jugar con ellas

siempre me comían a la primera