Cuarenta y dos razones poderosas,
para creer que no todo esta perdido...
Y otras tantas bofetadas al olvido,
a la guerra,al dolor,al atropello,
al \"no me importa\",
al \"no se puede\",
al \"allá ellos\".
Cuarenta y dos ventanas al futuro,
para soñar,
para correr,
para jugar bajo la lluvia
y dejar que ella limpie
los recuerdos más oscuros.
Cuarenta y dos sonrisas impagables
que no requieren traductor,
porque hablan el lenguaje
cósmico,
universal
y sencillo del amor.
Cuarenta y dos motivos
para mimar ese orgullo que me nace
aquí en el pecho,
y prendido llevo como escapulario,
por haber nacido aquí,
de ser hijo de este pueblo humanitario,
faro de luz,
tan pequeño,
tan al sur,
pero tan fraterno
y solidario...