Compadre José Fernando
de sus servicios, preciso
que me regale unos mangos
de aquellos bien maduritos.
Turpial que por casa pasas
no seas necio, hazme caso
deja ese mango de hilachas
no me le des picotazos.
Ay manguito de mi tierra
amarillo como el sol,
de verdad nunca quisiera
desperdiciar tu sabor.
Lo que esté duro lo ablando
si está caliente lo enfrío
pero cuando veo un mango
ahí sí no aguanto Dios mío.
Como no tengo dinero
me tengo que conformar
de ver pasar al manguero
y sin poderle comprar.
Esa dulzura tan grata
que tanto me ha endulzado
la tiene el mango de hilacha
amarillo y colorado.
Pediré como favor
si yo me enfermo muy grave
un dulce mango pintón
con picadas de las aves.
Bella fruta tropical
bocado de sabrosura
mango dulce cual panal
gran manantial de dulzura.
Un mango me maravilla
verde, pintón o maduro
lo llevo hasta la semilla
señores yo se los juro.
Adiós guayaba madura
me despido adiós, adiós,
me voy con la sabrosura
de mi manguito pintón.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.