ECOS.
Abocado al abismo grito con fuerza
el argumento de mis sueños. Mas, el eco,
en su retorno traduce mis anhelos
en un idioma que no entiendo.
Viento de Levante
Para degustar las nubes. No para el chisme y la impertinencia.
Para el beso y la caricia. No para la calumnia y el deshonor.
Para recorrer, ardientes, tu espalda de lunar en lunar
querida. No para la escarcha y el hielo.
Para alcanzar tus más inquietantes profundidades,
muchacha. No para detener la aventura de ese viaje.
Para iniciar cánticos. No para distorsionar la melodía.
Para la poesía en la voz. No para ofender con la palabra.
Para el roce suave y el susurro. No para el graznido o el Kikirikí.
Para lo que son los encontraréis. No los busquéis para lo que no son.
Viento de Levante.