Hubo una vez una dama enamorada
Y pregunto a la vida:
¿Puedo saber cuánto me quiere?
y esta le respondió con una sonrisa
Nunca busques respuestas que son tuyas.
La dama enamorada se miró por dentro
Y comprendió de pronto que la vida
No es la mera rutina de las cosas
Es un amar eterno que nunca reposa
Es sangrar cuando nos hinca la rosa.
Entonces, se respondió: yo también lo quiero.
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Isis M.
20-12-2014