Aquí os dejo esta glosa
a unos patucos blancos y un vestidito rosa
que aguardan impacientes al lado de una cuna
que aparezca su dueña cuando asome la luna.
Mas no habrá de llegar
pues se marchó a volar
con una mariposa.
Vano anhelo. Rotundo,
pues fué justo al nacer y al aproximarse al mundo
que la nostalgia invadió sus ojos de princesa
un angel de ella se enamoró y la llevó presa
y se fue sin saber
para nunca volver
en un soplo, un segundo.
Aunque lo pidió un hada
nunca ya ella volverá, se fue sobre la nada.
Huérfanas de esperanza le llorarán su ausencia.
Ya de nada servirá que ellos pidan clemencia
y aunque le llamarán
nunca disfrutarán
su presencia añorada.
Y aunque sólo es un cuento,
la cuna ensimismada descansa ajena al tiempo,
desnuda tiritando sumida en su tristeza,
los patucos marcharon buscando otra belleza
y el vestido pasó
de moda y se murió
de pena y sufrimiento.