Prefiero la inquietud de lo distinto,
al gris conservador de la rutina,
no afilio a formalismo ni doctrina,
me niego a los patrones por instinto.
Pretendo un albedrío sin precinto,
rehuir a ese rebaño que aglutina,
solo es mi corazón quien determina
que puerta atravesar del laberinto.
Me dicen que he perdido la cordura,
que inútil es nadar contracorriente,
no saben que en mi late la aventura.
Se lleva mis jirones el torrente,
mas puedo continuar con mi locura...
Vivir, siendo yo mismo, intensamente...