Pura rutina.
Con la sutileza, que caen de mi árbol, sus hojas,
Acaricio tu boca,
Mordisqueo, aquellos pequeños rincones,
Que me convierten, en pez roca,
Dando vueltas en tu atolón,
Qué forma tu cuerpo, extendido en mi alcoba.
Solo, el que ha probado,
El rocio, de la desgracia
Sabe, cual es su efecto y sabor,
Por eso, dicen que la vida es maravillosa,
Hasta que termina,
Entonces se vuelve todo, pura rutina.