LA CHELO
Recorre los baretos
de “La Montera”.
maldiciendo esta crisis
tan puñetera.
-El hijoputa del “súper”
ya no me fía
y debo cuatro meses
de guardería.
Si cayera un pez gordo
cavila ella.
Un “guiri” que tenga llena
la billetera…
Tinín, hambriento,
llora en la cuna.
Aún no ha mamado
y ya es la una.
Diluvia a mares,
la noche es fría
y anda fisgoneando
la policía.
Y la Chelo tirita
por las aceras
al compas del meneo
de sus caderas,
evocando el recuerdo
de aquellos días
en los páramos secos
de su Almería.
Tinín, cansado,
ya se durmió.
Aún no ha mamado
y ya son las dos.
Piensa angustiada
que ni se estrena.
No está la noche
por la faena.
-Cambio de ruta.
Me voy de aquí
a probar suerte
en Mercamadrid
en Vallecas o en Coslada
o tal vez en Torrejón.
A ver si pago la leche
a veinte euros la felación.
Tinín, helado,
llora otra vez.
Aún no ha mamado
y ya son las tres.
-¡Que perra suerte!
¡El muy cabrón!
No debí subir
a ese camión.
Publica hoy “El País”
en los sucesos del día
que han encontrado un cadáver
en un solar de Entrevías.
Por lo que parece ser
se trata, si se confirma,
de una puta apuñalada
por una mano asesina.
Tinín, callado,
presiente ya que mamá no llega.
Todo ha acabado.
Cierra los ojos y va tras ella.
Viento de Levante.