Ayer te marchaste cuando era niño
dejando vacío aquel ser y no ser
si algo caminó a la deriva misma
fue inerte la vida sin ti bajo el sol.
Estabas en la cúspide existencial
arrullada de canto mañanero
todos tomados de la mano
cantábamos alegres bajo la luna
aquel son bailando el danzón,
hasta cuando aquel mes de enero
todo se marchitó por dentro
todo se cubrió de dolor.
No te llevaste una lágrima
no te llevaste ningún dolor
solo aquella rosa muerta
que bajo tierra floreció.
Hoy naciste en las horas
de seis pasadas décadas
cuatro años y tu amor
sigue las estrellas de noche
y llena la tierra de luz con candor.
Siempre fuiste el sueño de aquel niño
que algún día un verso te escribió
y siempre serás el vivo recuerdo
de un hombre que un día negro
lloró con su alma triste, el dolor.
© Emig Paz