En marfil he esculpido con besos
cada guerra en cuerpo librada,
cada baja de afanados fieles Aqueos
que exudados se escurren
entre umbral troyano,
donde la frágil esencia a laurel
embriaga sus formas moribundas
y promete descanso
en este gran dorado lecho.
Iguales victorias celebro en pecho,
firme muralla que doy al vacío
con simples roces de pies ligeros.
Ardores lenguados de fuego
a vivas voces mojan eucarístico
seno de rosa,
con leve mano en Teptis cincelado.
Guarida Helénica,
relinchan los cálidos y húmedos
vientos emergentes de tus ruinas
y anuncia el garzón de ida
ha muerto un orgullo griego.
José Alejandro Toro Véliz.