Sometido a ti
Tan solo;
regálame la sensualidad de de tu boca
en un beso profundo y sublime
en el que me des licencia absoluta
para satisfacer tu piel y tus entrañas
y así,
ambos recorreremos el universo
al galope de nuestros cuerpos
en entregas de alas de deseos profundos
únicos y divinos,
con la dulce sal del trasminar de tu ser
que no es más que el manantial de vida
que agita mi mundo, espacios, tiempos
y que me hace vivir a plenitud
como hombre mendigo de mil caminos
sucumbo a tu cuerpo
en tu cuerpo, en tu ser
en tus entraña, en ti y a ti mujer.
Jesús Pérez Rubí / Andariego
26/01/2015