En la agria noche,
Brota su destello numen y silencios,
Aullidos de perros gimiendo,
Tras las oscuras ascuas de la fría niebla,
Gritan ahondados las lunas en la Pugna,
Las estrellas de marfil,
Se abniegan, en un manto, de negruras,
Silbando pájaros oscuros,
Y finos gritos de nostalgia.
En la mortuoria noche,
Brotan agrios los lamentos,
Y en quietudes avasallan las melancolías,
Y batallan en sus rostros muertos,
Las sombras grises y delgadas
Soplando vientos, ausencia,
Sobre el horizonte ciego,
Del oscuro norte, y el vago silencio,
Desnudando la palabra,
Inundado en la penumbra del profundo éxtasis,
De mirar al cielo negro,
Y ver la noche durmiendo, tras la luna inmersa en lo infinito de la soledad.