Esperaré a que caiga la noche
para que surja en mi memoria
el eco de tu nombre,
tu nombre tiene la magia
del redoble de tambores,
de serenatas al alba,
de arreboles...
de sonatas y de soles...
Tu nombre, más que una magia,
tiene cien mil sensaciones.
Tu nombre me dio el amor,
tu nombre agredió la fiera
de todas mis emociones...
Tiene tu nombre una espada
con que me clava y me clava,
pero también es caricia
que muy despaciosamente
cierra las grietas de mi alma.
Tu nombre es fuego y azufre,
tu nombre es agua y es aire,
pero por sobre todo, tierra,
la tierra que me amamanta.
Tu nombre me suena a amiga,
tu nombre me suena a madre;
quiero vivir otra noche,
aunque sea recordándote...
quiero vivir otro día
¡tan sólo para nombrarte!