En reflejos sin lugar ni tiempo
aúlla a mis ojos loca querida;
captura lo imposible y lo muerto,
busca en ruinas marchitas duelo y luz,
grietas del viento, lecho de infartos;
porque al tomar tus labios cae mi faz.
Brilla el calor de espejismos y hombres;
caen sin nosotros loca querida,
quieren horizontes que te lloren,
que den clemencia al furor siniestro,
para que rías magnolia oscura.
Pobre aliento el que escribe sin tu voz.
Detrás de nadie loca querida.