Tengo un piño de versos en la marisma de mi alma,
Son como toros de fuego, son como caballo en llamas.
Tengo un piño de versos, marcados con hierro y espada
Descienden del sentimiento más noble de mi estancia
Tengo un piño de versos, rebujados en el alba.
Se duermen en tu silencio, se alojan en tus miradas
En el ruedo de tus ojos, se han domado mis nostalgias
Allí corté mil orejas, con el rejón de tus palabras,
Amarte es tan riesgoso, es jugarse una mortaja
Es sentir un tropel en el pecho, cada vez que acuchillas mi calma
es arrear un piño de versos, es galopar el amor por la playa,
Sentir el aire que rosa, las mejillas y las ansias.
Mujer, tú me provocas, tanta pasión desatada…
Tengo un piño de versos, dibujados en el aura.
Cada vez que besas mi cuerpo o desnudas mis plegarias
te veo danzar en el ruedo, te siento flotar con la capa
en chicuelinas me estrello, al igual que un toro de casta.
Tengo un piño de versos, en la marisma de mi alma,
Siento que mis tormentos, se acrecientan y agigantan
No he podido domar el misterio, de tus besos prenda amada
En la dehesa del pecho, tengo afiladas mis astas
Para que cargues mi suerte y para que hundas tu espada
Mi bravura es tu aliciente, para en mi quemar tu marca.
Soy muy noble ante tu ruedo, tus puyazos me rematan,
Tengo el morrillo sangrante, de momentos y de nostalgias
Tengo un piño de versos, en la marisma de mi alma.