Dudo, pienso y escribo,
veo, lloro y rio.
No entiendo que hago
aquí viendo el infinito
del acero.
Me lo pongo,
te odio, me enojo,
me quejo, te maldigo.
Me lo saco, lo veo,
rio, juego, sufro,
te quiero.
Te odio, te amo,
de un momento a otro
te olvido y renaces en mi.
Lo detesto, odio saber
que eres como un
parásito que vive
adentro mío.
Ven intoxicame,
mi amor quiero sentir
tu veneno recorriendo
mi garganta, desgarra.
Te amo, te odio,
ven dame tu cianuro,
eterno como
nuestro acero.