Allí donde somos invisibles a miradas extrañas,
luz de luna, luceros, pasión nos acompaña,
en su resplandor yacemos de la naturaleza,
esa a la que llaman amor, toca el alma y besa
nuestra humanidad infinita desnuda de temores,
se recrean a un ritmo paulatino nuestros seres
El mar inquieto, de la escena erótica bravía,
mantiene la fé en la etapa del afecto sínfin,
el ciclo de ternura las horas al olvido desvía,
al viento, testigo, se le oye tímido sonreír,
rasgan atrevidas, las olas, con calma la arena
ampara la esencia, el fulgor se desenfrena
El frenesí invoca tu presencia y me embriaga,
tal vez, no sea consciente que solo se amaga
en mi memória, y que tu inocencia aún escolta
mi alma, porque es por ti que de ella brota
el sentir, las ganas de vivir, soñar, y vibra
con la esperanza que el anhelo le brinda
Bajo la luz de la Luna estamos, tú y yo, aquí,
aunque ahora no estés, te sigo esperando,
mirando el mar, tu aroma, la brisa va acercando,
perdido en tu bálsamo, sigo los días contando,
tu recuerdo me abraza, continúo gritando
que mi alma no volverá a estar completa sín tí