Silenciosa el alma mía vagabundea,
en oscuros laberintos de la vida.
Solitaria sin esperanza alguna camina.
Ambiciona del pasado huir.
Los fantasmas del pretérito la aprisionan,
sin compasión,
a su alrededor circulan.
En oscuridad sentido vivir no tiene.
De su umbroso encierro salir,
mi mente pugna.,
Asentarse en ella, la pena no vale.
Amarguras de ingratitud,
revolotean alrededor del alma,
en torrentes de melancolías.
Envueltas en mentiras, desdenes, y decepciones.
Quizá en su momento,
sus expectativas llenáronse de júbilo.
Solo que al paso de los días,
ese tórrido romance degradándose fue,
poco a poco y sin sentir.
Hoy solo silencios, soledades quedan.
Sin fuerza arrastrar llevar me dejo,
la vida hala mis pasiones,
hacia la profundidad de la relegación.
Dime tu mi eterno amor.
¿Cómo entierro el suplicio de tu olvido?
bambam