En tu piel rasgaría
todas aquellas palabras
que en mi pecho se ahogarían.
Derramaría con placer
mi alma sobre la tuya
para que así supieras
lo que se siente el desprecio y la lejanía.
Me gustaría cerrar aquellos ojos para siempre,
clavando en tu corazón las espinas de mi razón.
Tus ideas arrancaría,
las tomaría sin reparo
y quemaría con rencor,
luegos sus cenizas esparciría
y así el mundo de su veneno libraría.
Te encerraría en el rincón
que el mundo olvidó,
y me sentaría frente a ti
leyendo el libro de tus sermones
y todas esas porquerías,
así tu mente enferma curaría.
Por último, mi vida entera gastaría,
para encontrar todas las fantasias
que tus labios florecieron,
dispuesto estaría a dar las que vienen
para buscar lo que alguna vez llamaste amor,
y sólo lo haría para devolver a tu cuerpo y alma mutilados
lo que alguna vez me hizo sentir
que el cielo aquí existía
para que así a otro ser menos egoísta
ilumines con tal pasión.
Sólo pido perdón por mis deseos
e infinitas gracias por cumplir todos mis anhelos.