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Deliraba recorriendo otros mundos.
Escuchaba voces que no entendía;
Recordaba sentíres tan profundos,
Que lloraba en silencio noche y día.
Presentaba unos cuadros iracundos,
Intentó corregirse y no podía;
Fue otro amor que otorgó la Providencia,
El que sanó, su dolor y demencia.
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Octava real
Estrofa de ocho versos endecasílabos