Oh! Dios omnipotente
perdóname si dudo que existes
y también por no saber cual de todos eres.
Tu libro, tu palabra
han desmenuzado
hoja por hoja
letra por letra
todos que se tildan de profetas, siguen el mismo camino
a su antojo.
Soy un pecador al igual que todos;
las leyes que encomendaste a Moises,
las he conocido
me obligaban en la escuela, era una orden aprenderselas
en ese entonces dolía el jalón de orejas
y era mejor saberlas de memoria.
Hoy, nadie me puede obligar
puedo por voluntad propia coger tu libro
embellecer mi alma con el “Cantar de los Cantares”
aprender las parábolas de los cuatro evangélios,
conocer quien fué David
pero mi voluntad hacia tí es tan corta
que no vivo del agua pura en cada día de mi vida
pero tampoco ando haciendo dinero con tu palabra.
...y me llamarán hereje.
Herejes los fanáticos,
los pederastas disfrazados de curas
los que a tu hostía le quema la lengua,
(no la recibo, también me quemaría a mí)
Herejes
los que maltratan tu creación
y los hacen en nombre de Dios...
¿también se puede matar en tu nombre?
Oh! Padre Todopoderoso
Padre de todos nosotros
Padre del mismo Lucifer
de ángeles y demonios.
Padre, todo acá te pertenece
las hojas son tuyas, los virus,
los kamikazes, los pájaros,
las drogas, el amor
el alcohol, el viento herido,
el odio, los terremotos,
la tierra, la fruta
todo, todo es tuyo
esta, es tu creación
tu divina creación que poco a poco se hace añicos.
Perdóname si dudo de tí
pues no creo que tengas barba larga
igual que el cabello
dudo si eres rubio o moreno
asi te andan pintando
quizá ya no existes ahora solo te idealizan.
El día que vengas a juzgar
al bueno y al malo
ten encuenta los ateos
ellos no conocieron tu palabra
pues de saber nunca se burlarían de ella
no te buscaron
pues de haberte visto nunca dudarían de tí;
en cambio dicen otros haberte visto
y venden puestos para el cielo
Padre, apidate de los pobres
no tendrán para ir a tu cielo pero que el pan y el agua no les falte.
Perdoname si acudo cuando te necesito
quizá haya hablado sólo en el silencio, era un intento de escucharte.
Padre del cielo pues la tierra es tuya y no la conoces.
Padre que vives en todos nosotros
muchos creen en tí pero son pocos los que te sienten.
Oh! Dios Padre perdoname si dudo de tí
Menos mal que no son épocas de la
Santa Inquisición,
mañana sino, el fuego a mi piel
la reduciría a cenizas.