El hijo de la soledad
Quedó el vacío en tinieblas de un ángel bohemio que se perdió en el devenir de los siglos.
Se perdió entre las dudas de sus soledades, ató su huérfano sentir a las cadenas de una botella y copas de muerte.
Entre desvaríos entonó su melodía de amor al ser más sagrado que se perdía como bruma etérea.
Bajo notas de do, cantó su adiós en silencio de amor y susurrando sus letras decía en melancólica bohemia, esa canción que lo llenaba de paz \"Bésame mucho\" clamando esa nostalgia que a su alma enternecía.
Llegaron los lamentos y ese amor eterno que en fosa eterna guardaba la orfandad de sus vacíos, asilenciaron sus deseos.
Y pereció en sus penitencias maldiciendo un Dios que en sus torturas nunca escucho sus plegarías.
Hoy solo vaga abrazado a su pena entre los sueños de la muerte y en deseo de un hermano que aún llora su deceso.
Y en gotas de sangre se perdió esa alma bohemia en el albor de sus pecados, en primavera se desvaneció entre los abrazos de sus soledades.
Y se amordazó su alma al consuelo de las copas de vino que lo indultaron entre agónicos tormentos la debilidad de sus temores.
Ya no hay tortura ya su alma sigue entonando esa hermosa melodía al amor eterno de sus bohemias, esa madre ausente que yace entre jazmines de un paraíso eterno...y el con notas melodiosas sólo entona\" Bésame mucho \"\"
Y en silencio de muerte murmulla viento.
Y así se envolvió su destino en la derrota eterna de sus obras.
Y en clamor de impotencia...
Gritando y cuestionando..
¿Acaso existe ese Dios que todos claman?
Y el abrazo del ángel eterno lo arrulló