A. Cuenca

Comenzar a morir la vida

Ya no duele no tener tu amor;

duele el desamor que no puedo evitar que sientas.

Sé muy bien que he jugado con fuego;

el amor es una ruleta Rusa, una muy alocada apuesta.

 

Te has ido de mi vida, sin importarte lo que yo sienta;

llevo una carga muy pesada en mi consciencia,

y en mis manos, mi alma ya agotada.

Te proteges sin sentido,

no hay maldad en mi maleta, 

solo este loco amor que en ti no encuentra compasión.

 

Cargo un gran dolor adjunto a tu distanciamiénto.

Me he echado en los hombros el peso de no haber llegado a tiempo;

largos días me agobian los pensamientos,

y eternas noches transforman mis sueños en pesadillas.

 

Lágrimas y angustia; dolor de un alma en pena.

La tristeza sabotea mis contadas alegrías

…y cuando despierto a tu lado sabiendo que no eres mía,

se borra al instante de mi rostro cualquier sonrisa al notar tu ausencia.

 

…es que eres dueña de mi alegría,

aquella que con la esperanza de formar una familia nació aquel día,

en que frente a aquella puerta blanca en donde vivías,

te rocé los labios, y comencé a vivir la vida.

A.Cuenca.