Los segundos caminan por mi ventana
el bosque me llama con su canto
¿Una aventura? ¡Un merecido instante!
el me permitió estos versos recitarte.
Los espejos en los árboles permiten al sol reflejar
el viento se encarga de hacerlos danzar
un recuerdo encerrado parece despertar
uno, al cual la vida me permitió amar.
Algo me alejó de ti, me trajo hasta aquí
la vida se ha encargado de mis penas
unas me hacen aceptar mis errores,
otras me condenan con horrores.
El abrazo quedó pendiente
el sentimiento más que presente
tu memoria impregnada
cada una de mis neuronas canta tu nombre.
No es una despedida,
sino un nuevo comienzo
el circulo se acaba
en donde otro... empieza.
Hasta Siempre abuelito Mario.