Nubes blancas de algodón, se agolpan en el cielo azul, en mi habitación hay vacío, una inmensa melancolía, y en mi alma el dolor de tu partida.
Las rosas se deshojan lentamente, se vuelven tristes al paso del día, mis ojos se apagan lentamente, porque ya no tengo tu mirada tierna y tranquila.
Al fondo se esconde una fotografía, esa donde reinaba la alegría, el amor flotaba en la habitación que hoy está vacía, y en mi corazón solo hay melancolía.
Sutilmente caen una a una las lágrimas de mi alma herida, un alma que ansiaba el amor y hoy languidece pálida y fría, yace mortalmente herida.
Suena una melodía triste que toca mi alma fría, hace más profunda la herida, y el dolor le arrebata el último soplo de vida, y cae sin vida entre las sábanas blancas que nos cobijaron un día.
@ngel de kristal
01 febrero 2015