Beso a la tarde en tu boca
y el mar sonríe
a pesar de las gaviotas mudas
y los puertos vacíos.
No hay lunares en la espalda del horizonte
ni miradas orgásmicas
desentrañando un poema.
No hay quien zarpe ya.
las escolleras gimen
y en su estertor
paren moluscos
que cantan tu nombre…
sin ulular de sirenas
ni caracolas utópicas.
El murmullo del viento
es una eternidad sin olas
un manojo de versos
profundos y verdes
escurriendo la sal del recuerdo
por este segundo etéreo.
Canta el mar su melodía nostálgica
son las seis menos cuarto
y el sol nos muere en una última nota.
Y a pesar del silencio
el mar sonríe
y yo te amo…
en la rabia desolada de este verso.
FOTOGRAFÍA: LEONEL HERMIDA. Veracruz, México.