Mauro Enrique Lopez Z.

Anabel mi niña consentida

Te ví pasar como una suave brisa

quería que me bañes o me acaricies

y endulce mi vida pero tan solo

con tu sonrisa llenaste de alegría

a este hombre que tenía una pena

porque no podía escribir

un pensamiento de amor

cómo es la vida que cada vez

que te  encuentro me inspira

Anabel eres y serás  mi niña

consentida en mi escritura.