Se lamentaba la dama:
“Puede que un día triste
Se nos vaya el amor
Y de pronto sin riendas
Se me salga el corazón.
Y puede un día triste
Sin principio y final
Acabe nuestro tiempo
Sin mirar hacia atrás”
Y la vida decía:
“Aunque yo te alertaba
Que el amor como el agua
Se perderá en tus manos
Tu respuesta indolente
Burlaba mi presagio”
Y la dama quedó quieta
No por falta de palabras
Su amor desde el pecho
A la vida ripostaba:
“No me importa el engaño
De este amor que me abraza
No me importan los sueños
Ni el sol en la mañana,
Solo me importa EL
Pues aunque no me amara
Al tenerme en sus brazos
De todo me olvidaba”
***
Isis M.
25-12-2014