Apenas susurran tu nombre, mi corazòn mendigo,
despierta mi fuego que estaba dormido.
Son las brasas del alma que sueñan contigo,
juntando nostalgias le voy dando sentido.
Atando plegarias arribo al cielo con mis delirios.
Mas cuando me digas lo que tanto ansìo
dominarè la aurora y floreceràn los lirios,
esparcirè sus pètalos para entibiar tu frìo.
Diluyèndome lene, en silencio, mi ser implora
que olvides los miedos que te alejan de mi camino.
Te ofrezco mi alma que de tan enamorada ora
para que seamos uno solo en nuestro destino.