Anochecen corolas a la aurora,
hambrientas de amor fiero temerario,
quien no tiene piedades en deshora
compra las caridades con denario!.
Cual moho ciego de siglos ajenos,
va la hora, como reina idolatrada,
en el cuerpo tatuado de tus senos,
¡donde lloré; visajes a mi amada!.
¡Sé yo; de aquel ayer que es para siempre,
bordado de un celaje de esmeraldas,
donde va el dolor y muere diciembre.
¡Tú amor!, mojas de mi llanto tus faldas,
en el arzón tirano de mi fiebre,
¡que lleva su cruz sobre mis espaldas!.
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John Morales Arriola.