En este crudo invierno se bien que volverá,
Mi corazón me dice que pronto llegará;
Me llenará de vida, me aliviará el dolor
Con besos y caricias, con su infinito amor;
Llegará hasta mi casa, la oirá mi corazón,
Lo ha presentido mi alma, que siente su calor;
Me dirá en el oído: -dulce bien ya llegué-;
Yo le daré los besos que para ella guardé;
Y seremos felices, no habrá noche ni día,
Sólo un canto sublime, esa dulce melodía,
Una dulce sonata que no terminará,
Que además de gran calma brinda felicidad;
Sé que parece un sueño, una bella ilusión,
Los detalles pequeños de una honesta pasión;
Esa dicha suprema, de aquel terreno Edén
Construido con anhelos, pintado con placer…