Blanco y vacío
torpe inclemente
con sincera burla me enfrento a ti
sin miedo a que arremetes.
Perro gordo y echado
dando lástima entre los rincones
bostezando el hambre oliendo
traseros milenarios.
Negro sin forma
sin dádivas
carente de toda sombra
los colores te aniquílan
y vuelves a perder.
Mañana no es mañana para ti
y francamente me importa nada
que perezcas, nada me importa.
Felicidad en cambote originarias.
Ayer te vislumbre en un cadalso
no avistabas tu soga al cuello
ni mi mirada hambrienta
al contrario, reías con risa infantil
casi maternal, casi pura.
Sin embargo, al abrirse la compuerta
sobrevino una angustia
de saber si solo con una prensada
morirías pues tu sonrisa
apretaba mis dientes.
Ahora como fantasma
sigues moviendo tus cadenas
en mi casa a pesar de ser yo
quien te colgó sin compasión alguna.
Imagen contraria
pelmazo hediondo
¿como saliste del amor?
¿Cómo se puede inventar la razón
y que de ella nazca la sinrazón?
¿Cómo del blanco al negro?
Un grito de auxilio para fallecer
para comprender, para nada:
para seguir creyendo que no existes.
Y si, estás…
siempre estás, siempre.