Delgada sombra se escurre
Por los verdes olivares,
entre flechazos de azufre
que dormitan a una madre.
¡ madre ! ¡ no compres el dormir
que ya los vientos lo saben,
alabarda puede blandir
umbral de tu linaje!
Una cortada silueta
con gabonés afilados,
no te fíes de esa cometa
que soplo está peinando.
¡ quieta ! el aire no respires
que porta una manta negra,
y cargados sus buríles
a quien marcar, encuentra.
El olivar es artero
con sus afilados marfiles
esperando el asidero
de sus dentelladas febriles.
La silueta el viento bota
con los arpones de fuego,
no te pongas falda corta
que los ojos son luceros.
¡ corre ya a tu madriguera !
que el Mirlo no está cantando,
la nube negra no espera
relámpago va amasando.