Dime Te quiero, con tu voz, el sonoro estremecimiento de la vibración
Que me convulsionas, y mi cuerpo lo recoge amplificado en latidos.
Dime Te quiero, con el pellizco de las cosquillas de la risa
Que me estallas en la garganta, y salpico en las piernas de la calle.
Atragantadas las lágrimas, hechas un lío de pasión muda.
Por intensa felicidad.
Dime Te quiero, así con esas palabras
Igual que hace el amor la ilusión, cuando dice Te quiero a la espera.
Dime Te quiero, y sabré que he sido, que estoy, que soy
Que todo tiene un sentido que será.
Dime Te quiero con el ánsia que ansía, y la desesperación
Con el hambre y el alcance que me llamas, que me estás llamando.
Que me buscas que me estás buscando.
Dime Te quiero, porque sabes desde el principio del fondo
De esta sangre que te escribe.
Que un día cualquiera, de una noche siguiente
Voy a perderme las arterias, en el olvido abierto de lo desaparecido.
Tacto impalpable de un aliento esfumado.
Mi marcha cometa, más allá de mi piel estelada
Completada gestación, hacia mi naturaleza angeláctica.
Dime Te quiero, y enciéndeme la vida, los ojos el asombro.
La perplejidad de la carcajada amante
Deshecha la boca en impaciencia inflamable.
Dime Te quiero, como un desafío a la descreída lejanía.
Conjura con los puños rotos, las mundanas mordeduras del calendario
Golpea con insistencia feroz, la infiltración del veneno dolor.
Reza esta oración amada nuestra, del Te quiero
Plegaria del y así es, y en tu espíritu me reconozco.
Santificada gloria, por persistencia enamorada de la memoria
Venga a nosotros nuestra Amaria.
Dime Te quiero, y me soltaré de la cuerda de la cordura
Por ganas desatadas, de volver locura.
Y yo seguiré sostenida, con los dedos alaridos
Despellejados al saliente precipicio de la realidad.
Erguida alzada y levantada en carne al aire
Una y otra vez, caída tras caída enseñando los dientes.
Dime Te quiero, cuando estamos juntos
Juega conmigo, a escaparte de la certeza.
A ser amante anónimo de la belleza
Y prosigue-persigue mandándome siempre notas fortaleza.
Como un escondido de nosotros mismos
Seremos ellos dos, traviesos confundidos en los secretos de los espejismos.
Ocultados para descubrirnos.