Sólo tú y yo sabemos lo que el corazón ignora;
sin embargo, lo que tú no sabes
es que como ayer,
no podré sacarte de mi mente.
Ya las palabras
de mis poemas,
se vuelven efímeras y sin efusión;
Los días, como ayer,
atentan contra mi sana lógica
pues te comparo ya
con una enfermedad que sin remedio debo padecer.
Pasan uno,
dos, tres, y hasta cuatro días
y todavía te pienso;
no como aquella primera vez,
pero sí como ayer.
El día de hoy tranquilo me preguntaré:
¿Porqué no la recuerdo otra vez?
Tú, llena de ansia dirás:
¿Por qué no lo olvido ya?
Mentirle al cuerpo
del porqué no te siente,
es innecesario.
Pues mi mente lo entiende.
Al leer esto,
todavía te pienso como ayer, pero
con esperanza de que sea ya la última vez,
pues no quiero que mis suspiros
lleguen a oídos de aquél
que piense en ti por primera vez.
ANDRES SARELLANO MTZ
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