Quiero tu oscuridad,
descuidos de tus embelesos,
quizá pactada a través del tiempo
en tus más tristes y remotos sueños
Terquedad anhelo
cubierta con tu imponente velo
que te mantiene en celo
mientras toco el cello.
Temor no tengo,
oscuridad es lo que merezco,
con tus retratos al fresco
seduciéndome en seco
con tu fría mirada de vasco
conteniéndonos en menos
que ahogándonos en truenos
Amor así te necesito,
necesito de tí,
de tus miedos,
de tus enredos,
de esos sentimientos desde tus huesos.
Hágamos entre los dos
un paraíso oscuro
dónde no halla traumas,
dónde no halla riñas,
dónde no halla ni avaricia
ni corrupción,
ni tampoco tentación
Tán sólo formemos entre los dos
ese paraíso oscuro,
ese oasis oculto,
visible solo por los limpios de corazón,
por los exentos de lujuría
por los que luchan,
por los que luchan por su propio paraíso,
autonomía,
eso decían,
correspondientes
eso te quiero decir entre dientes,
no quiero soledad,
quiero un paraíso oscuro para dar.