Todo mi andar se duele de tu ausencia,
mi tiempo ha sido toda una ilusión,
un estar vívido fue el corazón,
pasar mirándote era mi presencia.
El existir que hago es una dolencia,
era el ayer una fuerte pasión,
en mi pecho ardía la floración,
veníame seda de tu querencia.
Triste estar en la senda del vivir...
En blonda, y reverdecido me aroma,
tu desnudo, usado para el querer;
de ferviente y tierna entrega, el sentir.
(Estando encamado, de oliente aroma
vístense los recuerdos del ayer.)
(salvador)