Traías rocas de sal, viento sabio.
Traías autores, versos, magia.
Sabías que yo no estaba listo,
y empezaste a arar el prado
con profunda paciencia, tiempo y discresión.
Traías rocas de cuarzo, viento sabio.
Traías palabras en forma de dardos,
clavos en tablas añejas,
inciensos de bosque y arena.
Colmenas de mieles futuras.
Traías rocas de paz, viento sabio.
Claros horizontes frutales,
la neblina disipaste con tu espíritu,
creciste dentro de mi, como planta
y ahora siembras con paciencia la alquimia.
Traías rocas de mármol, viento sabio.
Convicciones, casualidades supuestas.
Ahora tu discurso es de abundancia,
alisto mis oídos,
buscaré tus palabras sabias.