Recuerdos florecidos acuden a mi mente
emanan de una fuente que no sabe de olvidos,
que los tiempos vividos yo acuno dulcemente
porque allí está mi gente, mis momentos queridos.
Ellos están prendidos, en mí, tan fuertemente
porque son el nutriente de deseos henchidos,
que no han sido barridos y que siguen presente
en espera latente para ser conseguidos.
Volver a recordar, es ver juegos y risas,
es el lento pasar de la vida sin prisas.
Ese jardín de flores que mi deseo espera,
es un mar de colores ¡llegó la primavera!
Es el arroyo en calma con agua cristalina.
Recuerdo, y es mi alma, un pájaro que trina.