Managua, 4 de febrero 2015
Me dices que me amas:
¿Cómo no has de amarme entonces
si este amor se formó para los dos?
Nació de nuestros versos
y en la lejana distancia se engrandeció.
Fue arco iris y tormenta,
fue calma y torbellino
y fue un ave que se posaba en tu ventana,
para cantarte lo mucho que te amaba.
Fueron tus pasos junto a los míos,
en aquel parque que tan nuestro fuera.
Fue nuestro amor a tientas en ese cuarto oscuro
en el que con ansias me esperas.
Y fue esta pasión desenfrenada,
la que alcanzó a tocar el cielo y
rozar el infierno, mientras más te amaba.
Y entro en tu cuerpo y entro en tus sentidos
y te poseo toda, en cuerpo, en alma y en espíritu.
Y nos bañamos ebrios de amor y
nuestros cuerpos danzan
en una música inventada por nosotros.
Mientras todos duermen,
tú habitas en mí,
porque yo permanezco en ti.
Y nadan nuestras ansias
en ese infinito océano que nuestro amor formó.
Y no hay ya nada, ni nadie
que detenga, esta nuestra relación.