Camina ligera con la brisa,
y ondea su caballo con el viento,
mirada que posas en mi silencio,
susurros que la tarde so callara.
Calle que dormías sin su dulzura,
tráeme de nuevo su belleza,
que las tinieblas y las nublas
van borrando su silueta y su ternura,
tráeme de nuevo su voz tenúe y fina
por las ansias de estrellas fugases,
altiva y fina, diosa de los andes infinitos,
sin ella la barriada se ha quedado vacía;
y hoy solo su sombra ingente
renace esquiva, clausurando la luna,
apagando el sol con su oscuro lazo
y la calle demudada todavía la extraña...
...Santiago...