APENAS
Apenas una sombra de mí queda.
Apenas y casi imperceptible
el manto oscuro que caía
sobre tu hombro.
Y tú, con la levedad en la sonrisa,
con la miel en la mirada.
¿De mí? Sólo un resquicio a tu lado.
Atrás los edificios, la estatua,
el jardín, el pasaje, la arboleda...
y el teatro con su café,
y el escenario vacío
del tiempo que viví contigo
y que no volveré a vivir con nadie.
H. S. S.