Yo te mentí, te dije que te fueras de mi lado,
estaba furiosa por tu descubierto engaño
(¿qué te da la otra que yo no te haya dado?),
pero me estoy muriendo... porque te extraño.
Han pasado dos semanas y sigo llorando,
y en realidad sucede que te perdoné hace rato;
ahora cuento los días, los minutos, las horas.
Te estoy esperando...
No quiero sermones, no quiero explicaciones,
desde hace dos semanas sólo recibo eso;
y lo que yo más necesito es tu cariño,
tus caricias y abrazos... y tus besos.
Cada vez que escucho un murmullo en la puerta
o si alguien llama, mi corazón salta...
Me sorprendo a cada rato mirando la ventana.
Te estoy esperando...