¿Y si la vida es solo esto?
Un conjunto de momentos,
que deciden ocurrir.
Uno nace para morir,
y muere para seguir naciendo.
Es íronico pero por más que suene raro
Morimos, o vivimos, es lo que comprendemos.
Pero poco nos ponemos a pensar,
la ironía que representa el hecho de nacer muriendo.
Y la vida ocurre así,
en un gran instante.
Un instante de segundos, minutos,
horas o siglos.
Un instante infinito, que nunca acaba.
En el cual reímos y lloramos,
odiamos y amamos,
cantamos, bailamos, actuamos y volvemos a reír.
¡Ese es el gran sentido de vivir!
Hacer eterno ese instante.
Y por fin descubrir que somos inmortales,
hasta el momento de morir.
Y vivir más allá de eso.
Vivir un instante eterno.
Seguir persiguiendo nuestros sueños,
aún cuando nuestro cuerpo ya no es nuestro.
Pero si nosotros somos vida,
somos alma,
¡Somos momentos!
Somos el instante que vivimos,
y la muerte de la que escapamos.
Somos el canto que cantamos,
somos el baile que bailamos,
el llanto que lloramos,
y la risa que reímos.
¡Somos! Por eso existimos,
No existimos para ser.
Somos para existir,
vinimos a vivir
¡A ser! ¡A sentir!
Para que cuando llegue el momento,
y de este mundo hayamos partido.
Podamos seguir viviendo...
aún cuando nos hayamos ido.