Esta noche es oscura,
póntica ella me espera
noches en dos mentiras:
Una es de carmesí, la otra agorera.
Una toca sus liras,
la otra espero que muera
las dos me dan ternura,
cómo saber, cuál es la verdadera.
¡Ay! cómo me has dejado,
desde que ya no miro,
el equinoccio rojo
y, grana de tus ojos ¡Oh zafiro!.
Día ácrata que arrojo
un dromedario expiro,
¡Ay! que triste he quedado,
como hereje bordado de un suspiro.
Al fin de nuestros días
se escucha desde el cielo
caer las cuatro cruces:
La primera de blanco nuestro pelo,
la segunda da luces,
la tercera es de vuelo,
la cuarta de entropías.
Bien pues; las cuatro duermen bajo suelo.
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John Morales Arriola