Marc Tellez Gonzalez

Cuando eres mía.

 

 

Mujer, encantadora dama de mi vivir amor puro de bello amanecer,


Eres tierra fértil por naturaleza, expuesta aurora cuando te amo, tibia humedad que brota de dulce ternura en aquellos besos que poco a poco maduran.


Magnífica arte de amar, apenas puedo escuchar latidos de tus expuestos sentíres suspirantés por mi, ardientes, descontrolados sin calcular los espacios de lo que es amar.


Mis manos recorren cada entidad curvada en tu cuerpo, tus manos enlazan y guían la sensibilidad viril expuesta en deseo.


Orgía humana solo nuestra, son nuestros cuerpos desatados, enredados en vigoroso fervor de ansiedad por encontrarse en el punto exacto.


Todo es perfecto nada falla, ni nada falta, sólo tú, sólo yo.


Eres cabalgante, bella y precisa de entallado cuerpo acoplado perfectamente a mi copla que besa y reposa en ti , con las caricias de terciopelo que nos hace venir desde lo más profundo de nuestro sentir, por ti, hacia ti, de mi o por mi.


¡Oh mujer mía! Sólo mía cuando de amor se trata.


Irracionales somos sin importar nada de lo que sucede en el mundo exterior.


Como he de déjate ir cuando no te has venido ha desatar en toda tu plenitud, suspiro profundo llena tu pecho tomando airé para continuar en mi lecho.


Tu mirada es profunda, tan llena del significado amado.


Y así eres plenamente, y así plenamente amo ser sólo de ti.


Quietud amada y reconfortáda, abrazo inmenso témblante y titiritíante, cansancio bello de saciedad, es lo que viene después de amar, sólo palabras quedan para decirte una y mil veces cuanto te amo, y alcanzo a escuchar lo mucho que tu me amas.

 


Marc Téllez González