¿Que falta por saber?
¿Qué más debo entender?
¿Acaso debo entender y saber más?
Pero ¿Qué tranquilidad ha traído el saber y entender más?
¿Que ahora se que se más y entiendo suficiente como para saber que debo saber más?
¿De que ha servido saber más?
¿De qué seguir intentándolo?
Si mientras más se más infeliz soy,
si mientras más me entero más cruel y desdichado soy.
Si cuando abrazo a mi hijo se que me abandonará y olvidará de mi,
si cuando cuento mis faltas y mis virtudes se que moriré igual.
Para que entender y saber que a la crueldad se le enfrenta con benevolencia
si igual te sostendrá por el cuello hinchando tu cara hasta matarte.
Para que entender que si aprendes a defenderte la venganza no tardará
en buscarte, aquella terrenal o celestial.
¿Qué más hay que saber?
¿Con lo aprendido no es suficiente?
¿Acaso es mejor desconocer la nueva maldad repotenciada para no adelantar la muerte de mi generación?
¿Entender que mueres joven por tus creencias y saberes o mueres niño por una bomba
humana en tu patio por no saber?
¿Entender que ni mi patria podría defenderme de las llamas o de la navaja en mi cuello vestido
de naranja inmolado por mercenarios con historia?
¿Qué nadie en mi tierra sería capaz de buscarme y morir conmigo?
¿Qué hay que entender?
¿Qué este mundo se lo llevó el diablo?