La nieve caía despacio,
Helando nuestro jardín;
Hasta el bello tomeguín
Oculto estaba en el patio.
Esa nieve que cerraba
El paso, se volvió río
Fluyendo hacia la montaña
En que las dudas habitan,
Donde bellas margaritas
Nos brindaban sus abrazos.
Cuando a la cima llegamos,
la paz nos lleno las venas,
Y con el vals de los amantes,
Se disiparon las penas.
Brilló pleno un nuevo sol,
Llegaron hermosos días
Cuando tu alma y la mía
Se brindaron su calor.